
¡Feliz lunes! (Bueno, o lo más feliz que pueda ser en tu escala de hoy, dependiendo si estás arrancando tu día en la oficina, en la playa, o ¿en algún punto medio?)
Hoy quería proponerte cambiar la dinámica, y qué mejor que traer como temática el movimiento. Es que, lo que se queda quieto, no avanza, no muta, no evoluciona. Como personas viviendo en el mundo que nos toca hoy, tenemos que estar constantemente aprendiendo a adaptarnos, a crecer, a probar cosas, a movernos. Se me viene a la mente la metáfora de la bicicleta; para no caerse hay que seguir pedaleando. Hay que mantenerse en movimiento. También hay algo de estancado en lo que no se mueve, ¿no? A veces solo necesitamos aflojar tensiones estirándonos, sacarnos el mal humor bailando nuestra canción preferida, o descargar corriendo. Incluso con ponernos boca abajo ya llega nueva sangre al cerebro.
La creatividad tiene mucho de movimiento: nos propone nuevos caminos, nos invita a cambiar, a probar, a experimentar. Hace años que empecé la práctica, que ahora me acompaña diariamente, todas mis mañanas, de hacer yoga. Inicialmente empezó como una práctica para conectarme con el cuerpo y la mente e incorporar la herramienta de la respiración. Lo que no me esperaba es el efecto colateral que trajo.
Mi gran as bajo la manga, y el horno secreto de mi creatividad, es que mis mejores idean aparecen cuando hago yoga. Sí, en medio de una postura de carpa, o en guerrero, tengo que bajar para agarrar un cuaderno y un lápiz y anotar las cosas que aparecen. A veces son sensaciones, otras ideas de proyectos concretas, otras visualizo ilustraciones casi terminadas en imágenes que se forman mentalmente. Es curioso, porque muchas veces me siento con mi hoja en blanco, lista para crear – y nada aparece. Y en el momento en que desenchufo para conectar con el cuerpo y la respiración, en el que no estoy intencionalmente pensando en proyectos creativos, aparece el momento eureka. No siempre, claro, pero, paradójicamente, son más las veces que aparecen ideas mientras hago yoga que mientras me siento con la hoja en blanco. Es como si el proceso se diera vuelta, empezar en el mat para terminar en el cuaderno.
¿Les pasó que se les ocurrió una solución a un problema en la ducha? ¿O que se inspiraron en una caminata, o se les ocurrió una idea de viaje? Hay algo en el movimiento que desbloquea trabas, que abre puertas, que propone nuevos caminos. El disparador de hoy es una invitación a movernos, a conectar con el cuerpo y ver qué genera eso en nuestra creatividad. Y empezar a buscar de qué forma puede impactar nuestra práctica creativa. Te invito a que pruebes una clase de yoga, que hagas una meditación o respiración activa. Te comparto dos que me encantan, mi profe virtual Yoga With Adriene (es en inglés), o Dafne Schilling (español). Como otra opción, podés salir a caminar o correr, la idea es encontrar algo con lo que vos te sientas cómoda.
¡Contame qué te pareció la experiencia! Compartila en redes con el hashtag #30diasdecrearte y etiquetándome así puedo repostearlo.
¡Nos vemos mañana!
Este disparador forma parte del proyecto creativo 30 días de Crearte, en el que vas a encontrar un nuevo disparador creativo todos los días de enero. Podés ver todos los disparadores del proyecto acá.
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