Cuando los adjetivos no parecen alcanzar para describirla, me encuentro con esta cita de John Steinbeck: ‘Positano bites deep. It is a dream place that isn’t quite real when you are there and becomes beckoningly real after you have gone’. No puedo sentirla más adecuada.
Lugares bellos, si los hay. Pero un lugar que te transmite tanto como Positano, resulta difícil de imaginar.
La visita a esta mágica costa se asemeja mucho a estar en otra dimensión: uno siente que esta sumergido en un sueño/realidad muy cortazariano, donde uno no termina de entender si el imponente paisaje que está frente a sus ojos es real o no. Y es justamente lo onírico de esta dimensión lo que lo envuelve a uno en ese lugar; sin tomar realmente conciencia de donde está – es recién al distanciarse físicamente de él (psicológicamente, nunca), que uno lo digiere completamente.
Sus calles angostas, sus escalinatas interminables, sus cerámicas y sus detalles en cada puerta, sus vistas imponentes, sus atardeceres, su paz; hacen del sueño Positano una sensación tan difícil de describir. Creo que la imagen más cercana es la de estar en un cuento, en el que cada página uno se sumerge más y más.
Ciertos lugares exigen mirar por encima de la cámara para intentar absorber ese momento; inmensidad.
Hasta siempre, mágica costa.
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